Nuestro país ha plasmado su identidad nacional en una tradición muralista que se originó a partir de 1921 al concluir la fase armada de la Revolución Mexicana, sin embargo, no podemos decir que esto haya muerto sino que este movimiento artístico continua.
La propuesta de realizar murales en zonas rurales y semi urbanas propiciando la participación de la población infantil y estudiantil en los diferentes municipios veracruzanos, planteada a través de una propuesta fresca, innovadora y significativa, perteneciente al imaginario creativo de Trazo A. C. y planteará una nueva visión social y un punto de referencia cultural, que a largo plazo se traducirá en la herencia social representativa de la población.
Por ello, es momento de ampliar esta tradición pictórica a los espacios de carácter público de las comunidades tanto urbanas como rurales; proponiendo la expansión del trabajo de arte extra-académico fuera del espacio tradicional de las galerías e intencionalmente dirigido hacia nuevas áreas de impacto.
El arte también responde a las demandas del ser humano, quien en su inmensa complejidad, requiere satisfacer sus necesidades materiales fundamentales, satisfacción misma que en conjunto con la experiencia estética complementan la totalidad que componen y definen la condición humana.
El Arte visto así, funge como el registro y escritura codificada de ciertos periodos de tiempo, periodos que sin la interlocución del Arte quedarían olvidados en los anales de la historia. El Arte es lo que permanece y es historia. No es adorno fútil, sino el espíritu de los pueblos.